Marzo 4, 2022, por Marci Hamilton, Fundadora y CEO de CHILD USA.

Publicado originalmente en The Well News (https://www.thewellnews.com/opinions/olympians-continue-to-experience-widespread-abuse-and-endangerment-we-now-know-how-to-protect-them/)

Traducción: Vinka Jackson.

Me encantan las Olimpíadas, pero los juegos de 2022 refuerzan cuán inseguro es el sistema para las y los jóvenes atletas. En el contexto de los Juegos de 2022, hemos conocido un número de recuentos nuevos e impactantes de atletas actuales que han sufrido abusos antes de y durante este evento.

Las historias de abuso iniciadas antes de los juegos, comenzaron con la remoción del gerente general del Equipo masculino de Hockey para las olimpíadas, Stan Bowman, por su encubrimiento de abusos a jóvenes en la NHL (National Hockey League).

Desde Peter Foley, entrenador jefe del equipo de snowboarding olímpico de EEUU, acusado de conductas sexuales inapropiadas hacia las atletas mujeres, y hasta el verano recién pasado, cuando en Tokyo, se vio impedida la performance de Simone Biles, gimnasta GOAT (Greatest Of All Times: mejores de todos los tiempos) que llevaba el peso de todas las sobrevivientes de Larry Nassar en sus hombros. Ella defendió su derecho a la salud mental, lo que fue un tremendo ejemplo para toda la juventud, pero el hecho de que el deporte haya causado su agonía es imperdonable.

El abuso de atletas no es privativo de los Estados Unidos. El escándalo de doping que rodeó a la patinadora artística de 15 años Kamila Valieva, fue otro ejemplo más de cómo los rusos dopan a jóvenes patinadoras con total indolencia frente a protocolos de salud y seguridad para atletas en deportes de élite. El equipo de curling femenino de Corea del Sur asimismo revleó décadas de duro entrenamiento y abusos de parte de sus entrenadores.

Esto lo que escuchábamos mientras el mundo entero tenía sus ojos puestos en estas y estos atletas.

Está claro que el abuso de atletas de élite sigue siendo generalizado, y que el sistema prácticamente no ha cambiado desde 2016 cuando el Indianapolis Star expuso de modo feroz a USA Gymnastics. Esto abrió las compuertas, llevando a docenas y luego a cientos de valientes sobrevivientes a exponer el abuso que por décadas habían perpetrado Larry Nassar, los entrenadores y mediante asiduo enfoque de “no ver mal alguno” del matrimonio Karoly (Béla y Martha).

Como nación, nos ha horrorizado escuchar las historias de atletas Olímpicos y campeones mundiales, cuya salud y seguridad han sido sacrificados por la gloria y prestigio de USA Gymnastics, y del Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos (USOPC), órganos rectores nacionales de cada deporte, y de sus gimnasios y entrenadores.

Ahora sabemos más que nunca sobre lo sucedido. La buena noticia es que existe un camino claro para poner el bienestar de los atletas en primer lugar, lo que significa más éxito para todos.

En 2018, expertos nacionales en prevención de abuso sexual infantil, cumplimiento de la ley, trauma, academia, deportes y periodismo se reunieron para investigar las fallas sistémicas e institucionales que permitieron que el abuso de Nassar ocurriera y continuara por tanto tiempo.

Luego de casi tres años de exhaustivas encuestas y entrevistas con las víctimas y sus familias, audiencias públicas, misiones de investigación y recopilación de datos, un informe independiente publicado recientemente por la Comisión Game Over de CHILD USA encontró que ni una sola institución investigada—desde Michigan State University y USOPC, hasta el FBI e incluso asociaciones profesionales médicas de cada estado-, cuenta con políticas adecuadas para detener el ciclo de abuso emocional, físico y sexual de las y los atletas.

Está claro en base a los abusos que todavía atestiguamos, que el USOPC y otras instituciones no están realizando las reformas necesarias para prevenir futuras vulneraciones. Es hora de que el Congreso intervenga y haga del bienestar de los atletas, una prioridad.

Una conclusión clave del informe es que el sistema olímpico está estructurado para crear un entorno en el que el abuso y la explotación pueden prosperar. Nuevos datos revelaron que atletas de élite se ven obligados/as a soportar daños físicos, que se ignoran sus necesidades físicas y emocionales, y que la gran mayoría no tenía idea de cómo denunciar.

Tal cual se describe en el informe, si se trata de garantizar que la próxima generación de atletas jóvenes tenga protección contra los abusadores, debemos establecer un enfoque múltiple en todos los niveles de gobierno, organizaciones deportivas y asociaciones profesionales médicas.

Hoy en día, la composición institucional y la cultura de los deportes de élite desincentivan activamente al sistema olímpico de los EE. UU. para que llegue a implementar las reformas necesarias. Las medallas y los medios han significado más que los propios atletas.

El USOPC no quiere o no puede reformarse a sí mismo, incluso cuando se le pide que asuma la tarea relativamente menor de pausar el uso de SportsEngine hasta que se bloquee a los entrenadores acusados de conducta sexual inapropiada, impidiendo su acceso a la información personal de los atletas jóvenes.

No obstante, el Congreso tiene el poder de actuar. Y a pesar de la disfunción y el partidismo actuales en Washington, mantener a todos los niños y jóvenes atletas a salvo del abuso debería ser algo en que todos los estadounidenses podemos estar de acuerdo.

Es hora de aprobar una legislación para crear una nueva agencia federal, independiente, a cargo de una reforma que priorice el bienestar y la seguridad de los atletas y supervise a USOPC. A través de esa agencia, el Congreso puede alterar los incentivos financieros que tientan al USOPC y a juntas directivas nacionales a priorizar su solidez financiera y su imagen por sobre el bienestar de sus atletas.

Honremos la valentía de todos los sobrevivientes que han arriesgado tanto para denunciar y avanzar, y así proteger a la próxima generación de atletas. Una forma segura en que podemos propiciar esto, es si el Congreso actúa ahora y se asegura de que tengamos una supervisión adecuada del Comité olímpico, establecida para los Juegos de verano de 2024.

Tenemos el imperativo moral de no hacer nada menos, y tendremos actuaciones atléticas aún más espectaculares, cuando su éxito no se vea impedido por el trauma creado por el sistema. Si escuchaste a Simone Biles durante los Juegos Olímpicos de verano, sabes que perdimos el poder compartir un conjunto increíble de actuaciones porque el sistema la atrapó en el abuso de Nassar.

En el futuro, todos podemos vitorear al equipo de EE. UU., siempre y cuando se realicen reformas significativas. Debemos escuchar a nuestros grandes atletas, seguir las orientaciones de los principales expertos y hacer todo lo que podamos para construir el camino hacia la seguridad y la gloria.

Marci A. Hamilton is la fundadora y directora ejecutiva de CHILD USA, un think tank 501(c)(3) sin fines dedicado a la investigación interdisciplinaria, basada en evidencia, y comprometida con mejorar las leyes y las políticas públicas para terminar con el abuso y la negligencia infantil. También es la profesora de práctica del Instituto Fels de Gobierno y miembro senior residente en el Programa de Investigación sobre Religión de la Universidad de Pensilvania. Puedes encontrarla en Twitter @Marci_Hamilton.