This article was originally written by Marci Hamilton for Verdict.Justia.com: Texas’s Extreme Abortion Law Threatens Girls’ Lives | Marci A. Hamilton | Verdict | Legal Analysis and Commentary from Justia
Traducción al español: V. Jackson, Diamela Pumarino, @DerechoalTiempo
El mes pasado, la Corte Suprema de los Estados Unidos se negó a bloquear una ley en Texas que amenaza las vidas de niñas embarazadas como consecuencia del estupro, incesto, trata, y embarazos no deseados que representan el 99 % de los embarazos de adolescentes. La ley prohíbe los abortos si se detecta un latido del corazón del feto, un evento que generalmente ocurre alrededor de la sexta semana de embarazo y antes de que la niña sepa que está embarazada. La ley también convierte a los ciudadanos particulares en vigilantes contra las embarazadas, incluidas las niñas en esta situación.
Otros han sido elocuentes sobre el efecto que esta ley tiene sobre los adultos. Voy a abordar cómo la ley amenaza la vida de las niñas, que en Texas significa menores de 18 años. La ley no tiene excepciones para la niñez, la violación, el incesto o la trata.
En resumen, esta ley cruel hace que niñas que ya han sido objeto de depredadores sexuales, se conviertan ahora en presa de vigilantes en busca de dólares. En efecto, Texas está alentando a los ciudadanos a involucrarse en el tráfico económico de estas niñas.
El plazo de aproximadamente seis semanas definido por la ley de Texas es particularmente preocupante para las niñas y adolescentes. Esta nueva ley tendrá un impacto más dramático en menores de 18 años, puesto que niñas y muchachas adolescentes generalmente se dan cuenta de que están embarazadas más tarde que las personas adultas. En ambos grupos de edad, las mujeres generalmente no sabrán de su embarazo sino hasta semanas después del límite de seis semanas de Texas. Las adultas notan su embarazo en promedio a las 9,6 semanas mientras que las menores no lo notan hasta las 10,7 semanas. De esta forma, la ley hace tropezar a mujeres y niñas al cerrar la puerta al aborto antes de que conozcan su situación. Muchas mujeres también tienen períodos irregulares o es posible que no realicen un seguimiento cuidadoso de sus períodos, por lo que es “extremadamente posible y muy común que las personas lleguen a la marca de las seis semanas y desconozcan que están embarazadas”.
Para las niñas y adolescentes, es más probable que sus ciclos menstruales sean irregulares. Los reporteros le preguntaron al gobernador Greg Abbott sobre el efecto que tiene la ley en las víctimas de violación e incesto al obligarlas a dar a luz. Su respuesta: “[No] requiere eso en absoluto, porque, obviamente, proporciona al menos seis semanas para que una persona aborte”. La marca de las seis semanas es una trampa para evitar que las niñas terminen un embarazo que puede arruinar sus vidas, mientras que las disposiciones para vigilantes permiten que los adultos se aprovechen de las niñas por $10,000. Ya sea que esté a favor de la vida o no, se trata de una gran cantidad de dinero que socavará aún más la capacidad de la niña para hacer frente a un depredador sexual y el embarazo.
El embarazo también plantea un riesgo mayor de problemas sociales y de salud para las niñas en comparación con las mujeres. De los 21 países que proporcionaron estadísticas completas, EE. UU. tiene la tasa más alta de embarazos en mujeres de 15 a 19 años. Las niñas también tienen un mayor riesgo de muerte por embarazo y, asimismo, tienen más probabilidades que las mujeres adultas de tener un parto obstruido, fístula, parto prematuro y de dar a luz a bebés con bajo peso al nacer. También existe un vínculo entre el embarazo infantil y el tráfico humano: si una niña queda embarazada, tiene un mayor riesgo de ser objeto de trata.
En términos de educación y éxito futuro, el embarazo y el parto son los principales contribuyentes a las tasas de abandono de la educación secundaria entre las niñas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, solo alrededor del 50 % de las madres adolescentes reciben un diploma de educación secundaria a los 22 años, en comparación con el 90 % de las mujeres que no dan a luz durante la adolescencia. Otro estudio encontró que las madres adolescentes completan entre 1.9 a 2.2 años menos de educación en comparación con las mujeres que retrasan tener hijos hasta por lo menos los 30 años de edad. Los hijos de madres adolescentes también soportan la peor parte de los problemas de sus madres niñas: es más probable que tengan menores rendimientos escolares, más problemas de salud, mayor posibilidad de ser encarcelados durante la adolescencia, de dar a luz en la adolescencia y de enfrentar el desempleo como adultos jóvenes.
Además de las preocupaciones sociales y de salud, las niñas y adolescentes pueden enfrentar traumas y peligros dentro de su propia familia si revelan un embarazo inesperado o no deseado a sus padres. El Proyecto de Ley 8 del Senado deja a las niñas embarazadas más vulnerables en un riesgo aún mayor de abuso y negligencia. Aunque Texas cuenta con un mecanismo de derivación judicial, todavía permite que las niñas sean sujetas a vigilantes mientras buscan ayuda. Además, el requisito de las seis semanas hace que sea mucho más difícil, sino imposible, que las niñas y adolescentes obtengan dicha derivación. Rosann Mariappuram, directora ejecutiva de la organización Jane’s Due Process, que ayuda a las niñas con la derivación judicial, declaró: “Si llegan a las cinco semanas y media, tenemos tres o cuatro días para realizarla. Solo las adolescentes que viven en las principales áreas metropolitanas o cerca de ellas pueden hacerlo, debido al viaje que se requiere para llegar a las clínicas”.
Texas ha sacrificado a sabiendas las vidas de niñas y adolescentes a pesar de la determinación de que un feto no se considera una persona bajo ninguna lectura de la historia, intención legislativa y el lenguaje sencillo de la Decimocuarta Enmienda. Incluso el difunto juez Antonin Scalia, el héroe conservador proclamado de una interpretación originalista de la Constitución, admitió este punto. En una entrevista de 2008 con CBS News, Scalia declaró: “Hay personas en contra del aborto que piensan que la Constitución requiere que un estado prohíba el aborto. Dicen que la Cláusula de Igual Protección requiere que trates a un ser humano indefenso que todavía está en el útero, de la misma manera que tratas a otros seres humanos… Creo que cuando la Constitución señala que las personas tienen los mismos derechos a la protección de las leyes, creo que claramente eso significa personas que caminan”.
Entonces, ¿qué está provocando Texas? Para empezar, ha creado un mayor riesgo de matrimonios infantiles, incesto sin salida, violación sin escapatoria y vidas jóvenes drásticamente menguadas. Las vidas de las niñas vivas están siendo subyugadas a lo inviable. Este resultado es irracional. Eso significa que es inconstitucional, ya sea que Roe v Wade sea o no rediseñado o anulado.
Este peligro repulsivo para la vida de las niñas es particularmente preocupante si se consideran las medidas irracionales tomadas por los funcionarios de Texas para hacer frente a COVID-19. Desde el mes pasado, éstas incluyen la orden ejecutiva del gobernador Abbott que prohíbe el uso de mandatos de vacunas en el sector público, junto a la legislación federal propuesta por el Senador Ted Cruz que prohíbe los mandatos de máscaras y de vacunas, y los pasaportes COVID. Estas acciones legislativas recientes de Texas plantean la pregunta: ¿Cómo puede este Estado dado en llamarse el del “derecho a la vida”, promulgar tantas leyes y reglamentos que conducirán a muertes prevenibles de sus niños y ciudadanos?